martes, 24 de agosto de 2010


Bitácora del capitán, tanto en el Rió de la plata como en la costa de Miami, los naufragios cuentan, detalles mas detalles menos(olé Andrés!)la misma canción.

Minutos antes de que panda el cunico, el marinero, razo e insubordinado, le dice al capitán: se acerca una tormenta,no , mas que una tormenta un huracán marítimo y la simple,burda pero atinada respuesta en forma de pregunta del hombre acargo de la tripulación fue:¿podes apuntarle al mentón y darle una en el medio de la ñata?

y una sra como Marta diría: pero la puta, que profundo, pedazo de soquete...

Le digo,el corazón es como un monoambiente, luego de un inquilino con poco cuidado.
Se lo limpia,se le pone enduido,lija, pintura y otra vez listo para la próxima tormenta..

Recién llegados los segundos antes del nuevo impacto/naufragio, la humedad nos recuerda ese dolor y olor de antaño, susurrando casi al oído: sigo acá y no pienso irme, ni al séptimo,octavo o décimo día hábil de esta vida.

Retorica al cuadrado.¿¿que se siente naufragar anclado??

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