jueves, 14 de octubre de 2010

Una temporada en el infierno.


Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde
se abrían todos los corazones.
Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié.

Sabias palabras del Loco rimbaud, casi determinantes.

Por que no podes dejarme en paz?
No te alcanza mi alma y el resto de mis sueños por cumplir?

Eres mi maldita y amada Morella, resurgiendo incontables veces solamente para verme padecer tus hechizos una y otra vez.

Tal vez sea mi insalubre mente, jugandome una mala pasada y repitiendo capítulos en llamas de una temporada en el infierno, en nuestro calvario tan sagrado como pagano.

Renuncio a ser víctima de mi propia y volada realidad.

Adiós.

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